El pescado y las verduras son alimentos fundamentales que no pueden faltar en la dieta de nuestros hijos. Todos sabemos que son muy saludables, pero también tenemos la experiencia de que no suele ser la comida favorita de los niños. En cambio, los más pequeños de la casa no tienen dificultades en tomarse un buen plato de patatas fritas o una hamburguesa. Para lograr que nuestros hijos coman de todo debemos hacer de la comida un hábito agradable.

Todo padre sabe los problemas que pueden surgir a la hora de la comida. Horas y horas para que nuestros hijos se tomen su plato de lentejas o una ensalada. Los mayores suelen cansarse antes que lo niños, por lo que se recurre a castigos que tienen poca utilidad del tipo “te lo comerás para la merienda”. Finalmente, tras el frecuente “no me gusta” de nuestros hijos, desistimos y dejamos a los pequeños sin comer o les preparamos otro plato más atractivo.

Hacer de la comida un hábito más no es una tarea sencilla que se logre de la noche a la mañana. Por ello nuestro primer consejo es educar a los hijos a comer de todo desde bien pequeños para que así les cueste menos cuando sean más mayores. Se recomienda empezar a dar papilla de frutas o de verduras a partir de los 6 meses e ir introduciendo alimentos poco a poco.

Por otro lado, debemos hacer de la comida un momento ameno y divertido. Para ello es importantísimo reforzar los valores positivos y en vez de decir el clásico “hasta que no te comas la lechuga no te levantas de las mesa” apuesta por un “hoy lentejas ¡qué divertido!”. Respecto a esto, está comprobado que la motivación es siempre más eficaz que los castigos, por ello se recomienda recompensar el esfuerzo de nuestros hijos cuando coman bien.

Para lograr que los pequeños coman de todo los padres deben ser pacientes e insistentes. Otro truco que puede motivar a nuestros hijos es hacerles participes de la comida de vez en cuando. Dejar que ayuden a preparar la cena o que escojan los menús sin duda les dará más ganas de comer.

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